julio 31, 2011

HISTORIA CONTEMPORÁNEA:Entreguerras, Historia de la Revolución Rusa



Revolución Rusa
Se conoce como Revolución Rusa al proceso histórico por el que se derrocó en Rusia al gobierno imperial zarista, para sustituirse primero por un sistema democrático liberal y después por un gobierno comunista.

En 1916, la situación social en Rusia era tensa. Los soldados se amotinaban, los obreros protestaban y el régimen zarista reprimía.
La crisis que venía arrastrando el Estado ruso desde el siglo XIX estalló violentamente tras la derrota de los ejércitos imperiales ante los japoneses en el Lejano Oriente, con ocasión de la guerra imperialista ruso-japonesa (1904-1905), que tenían planes rivales sobre Manchuria y Corea.
El 22 de enero de 1905, una gran manifestación pacífica organizada en San Petersburgo, para pedir al zar reformas, fue disuelta a tiros por las tropas, falleciendo más de mil personas. Este hecho causó gran indignación en toda Rusia. De inmediato comenzaron a producirse huelgas y actos violentos que se propagaron a los núcleos industriales y sacudieron a las naciones sometidas al imperio, como Georgia, Polonia y Finlandia. Incluso por primera vez sectores minoritarios del ejército se rebelaron contra el zar.
Finalmente, la situación pudo ser dominada, pero el poder del zar ya había sido puesto en jaque.
Luego, los trabajadores comenzaron a organizarse en soviets o comités de obreros y soldados, y los revolucionarios ganaron terreno en la clandestinidad. Los soviets se constituyeron más tarde en un poder paralelo.
El 30 de octubre, el zar Nicolás II prometió una gran reforma de las instituciones y la creación de una Duma o asamblea, pero tan pronto como retornó la calma al país, retrocedió en sus intenciones reformistas y, disolviendo la Duma, impidió la evolución del sistema político hacia una monarquía liberal. Todo esto le restó apoyo, ahora no solo del pueblo sino también de la burguesía.
El 12 de marzo, una parte de la guarnición de la ciudad de Moscú se unió a los revolucionarios. Los principales edificios públicos fueron tomados por los insurrectos, que detuvieron a ministros y líderes zaristas.
Nicolás II se hallaba en el cuartel general de Mohilev, y aunque trató de reaccionar contra la revolución instalada en la capital, fue informado de que ni un solo cuerpo del ejército estaba dispuesto a acatar sus órdenes. Finalmente, el zar abdicó la noche del 15 de marzo de 1917 y pocos días más tarde, fue hecho prisionero junto a su familia. Era el fin de la monarquía en Rusia.
El 15 de marzo se formó un gobierno provisional, integrado por políticos liberales y socialistas. Este gobierno, presidido por el liberal príncipe Gueorgui Lvov, de carácter moderado y defensor de los intereses de la burguesía, se enfrentó a los soviets y dio lugar a un cambio de gobierno que desembocó en la entrada de políticos social revolucionarios y mencheviques (minoría evolucionista democrática del socialismo marxista ruso), a la cabeza del cual fue puesto Aleksander Kerenski. Este líder continuó los enfrentamientos con los bolcheviques (mayoría radical revolucionaria del mismo partido), aunque trató de serenar el escenario mediante la convocatoria a elecciones para la constitución de una asamblea constituyente.
Con la irrupción de Lenin se organizó una campaña contra este gobierno.
El comandante en jefe del ejército, general Kornilov, intentó dar un golpe de Estado en septiembre, lo que precipitó el proceso revolucionario, pues el gobierno provisional se vio obligado a apoyarse en los soviets para derrotar el golpe militar.
La revolución de octubre
El 24 de octubre (según el calendario juliano) se desencadenó una nueva revolución, pues mientras los bolcheviques ocupaban puntos estratégicos de Petrogrado, el crucero Aurora ganado por los revolucionarios, disparaba contra el palacio de Invierno (símbolo del zarismo), sede del gobierno provisional.
Kerenski tomó el camino del exilio, mientras sus ministros eran detenidos. Al mismo tiempo se reunía el segundo Consejo Pan-ruso de los Soviets, que se arrogó todos los poderes e instituyó un nuevo gobierno, llamado el Consejo de los Comisarios del Pueblo, presidido por Lenin.
Con algunas dificultades, los soviets se apoderaron de las principales ciudades rusas. El 8 de diciembre se celebraron elecciones para la Asamblea Constituyente, que se reunió el 18 de enero de 1918. Al día siguiente, el Consejo de Comisarios del Pueblo, apoyado por el Ejército Rojo (organizado por León Trotski), disolvió la Asamblea. Un Ejército Blanco, de carácter contrarrevolucionario, formado por oficiales zaristas, se alzó contra el Ejército Rojo y Rusia quedó sumida en una terrible guerra civil que se prolongó por casi tres años.
En mayo de 1921, Lenin, sustentándose en el lento desarrollo de la revolución soviética, comenzó a organizar la nueva política económica (NEP), con la cual pretendía implantar un capitalismo de Estado que después diera paso al comunismo.
¿Sabías que?
El I Congreso de los Soviets, celebrado el 30 de diciembre de 1922, decidió por unanimidad la constitución de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), formada por Rusia, Ucrania, Bielorrusia, Transcaucasia y las repúblicas del Asia Central.
Bolcheviques y mencheviques
No puede comprenderse el desarrollo de la revolución de 1917 sin considerar las diferencias que, desde el final de la revolución de 1905, se abrieron entre dos sectores de las fuerzas políticas izquierdistas de Rusia: los bolcheviques y los mencheviques.
Los mencheviques –según las ideas de Marx– creían que previamente a la revolución proletaria había de producirse en Rusia una revolución burguesa.
Los bolcheviques, en tanto, siguiendo los preceptos de Lenin, elaboraron una doctrina que los llevó a considerar que un esfuerzo voluntarista de su parte podría acelerar la evolución histórica, permitiendo el paso directo de una sociedad precapitalista (como era la rusa) a una sociedad socialista.

No hay comentarios: