julio 31, 2011

HISTORIA DE CHILE Conquista de América y Chile

LA CONQUISTA Y LOS FOCOS DE EXPANSION.

La conquista de América fue una tarea de gran magnitud, que tardó años en concretarse. Ello porque se trataba de un continente desconocido y mucho más grande que el propio continente europeo.
De este modo, la conquista de América fue un proceso lento, que se realizó desde focos expansivos (frecuentemente ciudades recién fundadas) y se extendió gracias a los conocimientos geográficos que se fueron acumulando, a las informaciones dadas por los propios indígenas y, en gran medida, debido a las ansias de riquezas de los conquistadores.
El asentamiento inicial estuvo constituido en Las Antillas, territorio al cual había arribado Colón en su primer viaje.
En esta etapa, la fundación de ciudades jugó un papel trascendental. En ellas se fueron concentrando los españoles y se hicieron los ensayos generales para la ocupación del nuevo continente. Se ensayaron sistemas económicos, métodos de labranza y producción e incluso las funciones administrativas.
Desde las ciudades recién fundadas se fueron proyectando más adelante nuevas incursiones, que dieron por resultado el conocimiento paulatino de todo el continente.
Desde La Española se hicieron los primeros reconocimientos a las zonas vecinas tales como Cuba, Puerto Rico y Jamaica. Una vez conquistada Cuba, ésta se convirtió en una de las puertas de entrada al continente y en el lugar desde el cual zarparían una serie de expediciones que tendrían como resultado la ocupación de tierra firme.
Entre las últimas, se deben mencionar por su importancia las de Diego de Nicuesa y Alonso de Ojeda, que dieron por resultado el reconocimiento del istmo de Panamá, fundando la ciudad de Nuestra Señora de la Antigua del Darién, que se convertiría en otro de los focos expansivos.
Desde Cuba salió en 1519 la expedición de Hernán Cortés, que dio por resultado el descubrimiento y conquista del extraordinario Imperio Azteca.
El establecimiento de los españoles en Panamá permitió organizar desde allí otras expediciones. Una de ellas dio como fruto el descubrimiento y conquista del Perú. Esta importante empresa estuvo dirigida por Francisco Pizarro, quien había pasado a América en 1509. Lo acompañaron en su travesía, como socios, el cura Hernando de Luque y otro personaje relevante para la historia de Chile: Diego de Almagro.
Entre los años 1524 y 1525 se inicio una expedición terrestre, apoyada por embarcaciones que navegaban siguiendo la línea de costa. Tras difíciles experiencias, por el ataque de los indios, enfermedades y deserciones de los soldados, lograron percibir la magnitud de su hallazgo: el Imperio Inca.
De regreso a Panamá, Pizarro decidió partir a España con el fin de solicitar mejores condiciones para la conquista de las nuevas tierras. En 1531 se organizó la expedición definitiva, la que se apoderó primero de Tumbes y luego, en un movimiento rápido, de la zona de Cajamarca, en donde apresaron al soberano inca: Atahualpa (1532).
Se formó así una nueva avanzada en el corazón de América del Sur, desde la cual la conquista siguió su curso. En 1535 se fundó Lima y más tarde Arequipa, ciudades que, junto con el Cuzco, nutrieron las huestes de conquistadores que siguieron desplazándose por territorios aún desconocidos.




EXPEDICION DE DIEGO DE ALMAGRO.

La conquista de Chile fue consecuencia directa del asentamiento de los españoles en el Perú, convertido en un dinámico centro de expansión.
Problemas suscitados entre Francisco Pizarro, conquistador del Imperio Inca, y Diego de Almagro, su socio, impulsaron a éste a la conquista del sur, acompañado de los menos beneficiados en la conquista peruana.
Cerca de diez mil hombres, con mayoría de indios auxiliares, unos cuatrocientos españoles y un centenar de negros formaron la expedición que partió del Cuzco en julio de 1535. El camino seguido fue el del altiplano, la Cordillera de Los Andes y el descenso al valle de Copiapó a través del paso de San Francisco. Fue una travesía larga y penosa, que cobró muchas vidas y produjo grandes pérdidas materiales.

Finalmente, los que sobrevivieron establecieron su centro de operaciones en el Valle del Aconcagua. Desde aquel punto, diversas expediciones salieron a recorrer el territorio. Una de ellas, en las cercanías del río Itata, se enfrentó por primera vez con los araucanos en el combate de Reinohuelén.
Prontamente, la carencia de oro en las magnitudes deseadas y la presencia de población indígena belicosa y difícil de someter, se convirtieron en las causas principales y más inmediatas de la desilusión de estos españoles.

Así se determinó el retorno al Perú, a través del desierto costero. En los primeros meses de 1537 la hueste llegaba a las cercanías de la ciudad de Cuzco.
La oposición entre los bandos de Pizarro y de Almagro se acentuó con su regreso. Luego de la batalla de Las Salinas (abril de 1538), el fracasado conquistador de Chile fue ejecutado por sus enemigos.

EXPEDICION DE PEDRO DE VALDIVIA.

Tras la derrota de los almagristas y el triste recuerdo dejado por su incursión al sur del Imperio Incaico, resultó sorprendente la petición hecha por Pedro de Valdivia en orden a ser autorizado para conquistar el territorio de Chile.
Valdivia era un militar prestigioso que ostentaba el grado de Maestre de Campo. En Perú había alcanzado una buena posición económica y sus méritos le valían el respeto de sus superiores. En él se conjugaba el cúmulo de motivaciones que caracterizaban, de una u otra forma, al conquistador español. Valdivia deseaba, por sobre todo, cubrirse de fama y gloria. Tal fue uno de los principales motivos que guiaron su empresa.
En algunos meses, obtuvo el financiamiento necesario y organizó una pequeña expedición, compuesta sólo de diez hombres y una mujer, Inés de Suárez.
La ruta seguida por Pedro de Valdivia fue la del desierto de Atacama, hasta llegar al valle del Mapocho. Las bondades de la tierra y el clima, unida a la abundancia de población indigna, le instaron a quedarse.
Así, el 12 de febrero de 1541 dispuso la fundación de Santiago. La ciudad fue trazada teniendo como centro la Plaza de Armas, circundada por los solares que albergaban a la población española.
Menos de un mes más tarde se constituyó un cabildo, antiguo organismo español encargado de la administración de justicia y de cumplir funciones edilicias. Dicho cabildo se encargó de nombrar gobernador de Chile al propio Valdivia.

Prontamente la ciudad se diseñó como núcleo de defensa, administrativo y eclesiástico. Aparte del sector urbano, Santiago comprendía las enormes extensiones de tierras aledañas. Sus conquistadores, por tanto, podían recibir variadas recompensas: un solar, una chacra, una estancia o una hacienda. El reparto de tierra recibió el nombre de Merced de tierras. Se otorgaba en razón de los méritos y servicios del agraciado y era un beneficio perpetuo.
Sin embargo, en septiembre de 1541 un sorpresivo ataque de indígenas comandado por Michimalonco dejó en ruinas la incipiente ciudad. Sólo la ayuda enviada por el Perú hizo posible salvar la situación y continuar el proceso de conquista: en 1544 se fundó la ciudad de La Serena; en 1550, Concepción; en 1541, La Imperial; Valdivia y Villarrica en 1552; Angol, en 1553. Otra forma de avances la constituyó la fundación de fuertes, como el de Copiapó (1545), Arauco y Purén (1553), en los territorios más conflictivos.
A partir e 1553 el ritmo de fundaciones disminuyó, tras la trágica muerte de Valdivia en Tucapel, a manos de los hombres de Lautaro. Pero, además, el hecho tuvo serias consecuencias en el plano politico-administrativo, pues dio origen a fuertes rivalidades entre los postulantes al cargo de gobernador vacante. El conflicto sólo pudo ser solucionado con el envío del gobernador don García Hurtado de Mendoza, hijo del virrey del Perú, quien arribó con gran número de soldados y pertrechos, en 1557.

Después del gobierno de García Hurtado de Mendoza comienzan a debilitarse las características propias de la conquista, tales como: agricultura de subsistencia, acelerada fundación de ciudades de avance hacia el sur, una economía fundamentalmente minera basada en la explotación de los lavaderos de oro y el sometimiento de la mano de obra indígena al sistema de ENCOMIENDA.
La ENCOMIENDA correspondía a un grupo de indígenas puestos al servicio de un español bajo el cargo de protegerlos y evangelizarlos, exigiendo de ellos un tributo en trabajo o especies. En Chile prevaleció el servicio personal determinado por la TASA DE SANTILLAN (conjunto de disposiciones para reglamentar el trabajo de los indígenas)
Estas características propias de la conquista aparecen más debilitadas hacia 1580, fecha en que comienza la incipiente exportación de trigo a Perú.
Pero el hecho que concluyó definitivamente con el proceso de conquista fue el llamado DESASTRE DE CURALABA de 1598, que restringe la ocupación española a la frontera norte del río Bío-Bío.
Como resultado de lo anterior, se pierde mas de un 80% del oro susceptible de ser explotado por los lavaderos del sur, ya bastante agotados, al igual que disminuye en una gran proporción la mano de obra indígena, que se convierte en “rebelde y alzada”.


Así, el siglo XVII viene a ser el resultado directo de las transformaciones originadas tras el levantamiento de Curalaba.
En el plano económico, el cese de las labores auríferas orientó la actividad hacia las tareas agropecuarias, mientras la población española se concentró en la zona central, en estancias y haciendas que comenzaban a adquirir cada vez mayor valor económico.
En relación con el trabajo impositivo, como se señaló anteriormente, el alzamiento significó prácticamente la desaparición de las encomiendas por disminución de la mano de obra indígena.

1 comentario:

Anónimo dijo...

muchas muchas muchas gracias!

googleando unas materias de historia para una prueba q tengo y de la q no se mucho aun llegue aqui =)

q lindo, de verdad muchas gracias






camila, 14 años
1ero medio